martes, 18 de agosto de 2009

El candidato que fue para siempre

Por esos años, cursaba con una chica extraña, que se vestía muy formal y hablaba raro. Se llamaba Carolina, era muy culta y vivía en un pueblo cercano. Parecía que nunca sonreía por nada, vivía con un raro gesto, bastante adusto por cierto. Un día le pase unos apuntes y juntas caminamos a la parada del colectivo. Como lo perdíamos, yo corrí para alcanzarlo, gritando y silbando, ella tuvo que correr detrás mio. Y por primera la vi sonreír. Con los meses nos hicimos grandes amigas y un día conocí su pueblo. Y contemplé fascinada la capilla que alguna vez me vería entrar vestida de color marfil...
Mi amiga se empecinó en conseguirme un candidato acorde a mis expectativas pero yo no accedía. Hasta que un día de otoño del '95, de casualidad lo cruzamos a Leandro. Era educado, alto, morocho, de sonrisa perfecta, ojos oscuros y pestañas increíbles. De timidez marcada, gestos toscos y sonrojo fácil. Y ese, ese me flechó. Como nunca pensé que me iban a flechar, muy mal. Mi amiga desestimó tal evento diciendo que el pibe era re corto, que así como era de fachero muchas se habían acobardado de andar detrás de el... Yo tomé el desafío teniendo en cuenta mis antecedentes... me tenia fé. Y todos los fines de semana que podía me iba al pueblo de Caro, y salíamos a buscarlo. Cuando encontrábamos su autito nos aparecíamos así como si nada, eramos bastante obvias ahora que lo veo a la distancia. Una noche de tantas, fuimos al bar de moda y tipo 12 de la noche encontramos a mi galán tierno tomándose una chocolatada... La apuré a Caro, que se había enganchado a hablar con otro chico diciendole: "si se levanta y se va yo te mato" y nos acercamos y nos sentamos con el... Justo se apareció un amigo de él y se puso a charlar animadamente con mi amiga. Era mi gran oportunidad...Si Leandro no hablaba o se mostraba corto como me había prevenido Caro ....debería salir huyendo??? Pero no, ante los ojos y oídos atónitos de mi amiga, Leo me siguió la corriente...y la charla. Me hablo de su familia, de su laburo y yo de mi estudio y que se yo que mas...Nos sentimos cómodos los dos, la charla fluyó. Ante mí se aparecía la imagen tantas veces soñada...se corporizaba en ese bar y ante una chocolatada... (si, así de cinematográfico) Esa noche al acostarme en la casa de mi amiga toda mi vida daba vueltas en mi cabeza, sentía la certeza de que lo había encontrado y le dije a Caro una frase que aún hoy recuerda, por lo inconcebible...: "Yo con el me voy a casar" A tal locura sólo respondió pidiendo que la dejara de joder y mandándome a dormir.
Después se sucedieron viajecitos de ellos dos a mis pagos, él con una pierna quebrada y Caro manejándole el auto. Me pasaban a buscar y yo les hacia de guía por la ciudad. Enseguida llegaron las invitaciones a tomar algo, los "me sentí bien" míos y los "seguro que más que yo no" de él... Todo fue muy rápido, en 4 días ya eramos novios. El noviazgo duró lo necesario para confirmar que era el mejor candidato, el candidato para quedarse en mi vida para siempre. Y lo que habia pronunciado aquella noche se hizo realidad.
En el otoño de 1996 nos casamos...

2 comentarios:

  1. ¡Qué linda historia! :) Me encanta saber que aún después de tanto tiempo siguen casados y que, evidentemente, permanece el entusiasmo como para querer compartir la historia. Ojalá sigan por mucho años más.

    ResponderEliminar
  2. Si, seguimos casados y claro que estoy muy orgullosa porque esta historia de novela me paso a mi...
    El dia a dia se complica cuando los hijos van creciendo, pero la amistad es primordial. Despues del sexo si no hay complicidad, y mucha amistad, no lo sostenes asi nomas.A no dormirse entonces, hay que remarla, pero con gusto!

    ResponderEliminar