martes, 15 de diciembre de 2009

Escuchar la otra campana

Para todos los que me siguieron... Si les interesa aún, hoy retomo Federica, en un momento complicado pero con toda la intención, más fuerte que nunca de que Fede se pueda descargar por este medio y no haga mas locuras...
Muchos quilombos sobrevinieron después del viaje aquel. Muchas novedades en mi vida que dan para escribir y escribir un día entero y sin duda no terminaría.
Pasaron 3 meses ya desde aquel viaje. Con mi mamá he hablado en dos oportunidades, y de la charla surgieron muchos sentimientos en mí. Por un lado le dije algunas cosas que yo pensaba hace tiempo y por el otro me dediqué a escuchar lo que ella tenía para contar de lo que pasó. Después de varias horas de charla, café de por medio, un sólo sentimiento se apoderó de mí. Al menos por unos días, ese sentimiento no me iba a dejar en paz. Pensé en mi mama, en Marcos, en lo que yo los había juzgado sin querer siquiera escuchar una palabra del lado de ellos.
Sentí arrepentimiento....
Le pregunté a mi mamá porque había dejado pasar tanto tiempo sin aparecer, sin llamarme, sin contarme...Pero la respuesta siempre la tuve: yo nunca los deje. Compré con moño y todo la historia terrible del "Marcos-garca" que cagó olimpicamente a mi hermana. Pero después de escuchar a mi vieja, empecé a pensar que mucho de lo que yo compré empezaba a dar olor a podrido... Y me pregunte porqué?? Porqué mi hermana defendía una posición tan extrema, había confinado a mi vieja al olvido, y vivía enroscada en un resentimiento tan atroz.
Del otro lado se dijo que mi cuñado planteó un negocio que no les cerró nunca. Esa situación solo había complicado a mi vieja y a Marcos, pero a mi hermana no la privaba de comer porque ella tenia otros ingresos. Mi mama y Marcos, en cambio, habían mudado su vida detrás del trabajo que les daría de comer. Y resultó ser que mi cuñado planteó y pretendió desde el primer momento que Marcos trabajara pero no viviera de ese negocio, cosa que ellos supieron al llegar. Se suponía que, en pos de dejar respirar el negocio, el trabajara pero a la vez tuviera algún ingreso extra porque la plata de ahí no podía salir hasta que las cuentas empezaran a dar bien. Marcos no figuraba, estaba en negro. Mi cuñado en cambio, en blanco...En el medio, laburar y laburar, encontrar alguna changa más para sacar guita...y despues de varios meses así terminó como ya he contado, sacando plata que no debia, "en concepto de sueldo" (segun mi mamá), "metiendo la mano en la lata " (según Federica)
Aunque sigo desaprobando lo que hizo Marcos, he querido entenderlo en la desesperacion de un hombre de mas de 50 años que trabaja el dia entero para vivir y no obtiene lo que considera que merece a cambio. Nunca más hable con él, sigo meditando mis decepciones, que van mucho mas alla de su actitud de garca.
Hoy estamos lejos de resolver las cosas. Me siento aún más empantanada. Hablé con mi hermana, quien se dio cuenta enseguida que yo sabía más cosas de las que ella siempre me había contado. Ella hizo la mas fácil, se ofendió, se desentendió de todo, se ofusco... Nada nuevo sabiendo como es mi hermana y empezando a padecer una ínfima parte de lo que le ha tocado pasar a mi vieja con ella.
Las cosas en la familia no mejoraron, están peor como se ve. No habrá Navidad, ni Año nuevo, ni nada que festejar esta vez. Una vez más, el dinero ha separado a todos, y no hay posiblidad de reconciliacion a la vista...